LA EPOCA DORADA DE LOS GRANDES CONCIERTOS.


Dejando atrás los conciertos de 1784, Mozart entra a un terreno diferente que en parte es ya sugerida por el concierto KV459, en su movimiento intermedio que dibuja ya en forma muy similar el desarrollo virtuoso que aparecerá en todo su esplendor en el concierto KV466, uno de los más famosos conciertos que han quedado para la posteridad de manos de Mozart.

El concierto KV466, en Re menor escrito el 10 de febrero de 1785, nos muestra en toda la extensión de la palabra un Mozart nuevo que anuncia el romanticismo ya en estas impresionantes páginas, un dramatismo en el primer movimiento que puede llevarnos a pensar en la obertura de "Don Giovanni", y todo un reto para los oídos vieneses en esa época, dada su desenvoltura total a lo largo del teclado, en peligrosas escalas que se lanzan en una impresionante carrera en la romanza del mismo, y que nacen de una melodía que se muestra tímida y frágil, que a la vez retoma al final, como un ave después de su alocado vuelo, la tranquilidad que le da el regreso a su seguro nido.

En el KV466, encontramos una profundización psicológica que los precedentes trabajos no podían tener, así como su revalorización de las posibilidades de la orquesta, una atención más sensible a las relaciones tímbricas entre el "solo" y el "tutti" y una inspiración melódica de inmaterial pureza.

Las historia no cuenta que al parecer este concierto fue compuesto de un tirón, pocas horas antes de que empezara la academia del 11 de febrero, para la que había sido programado, y que fue presentado al público en la ejecución pianística del propio Mozart, sin ni siquiera un ensayo.

Quisiera yo imaginar como en otras ocasiones a Mozart, lleno de ese brillo que se da, cuando esa extraña chispa se mueve con locura y surgen de las manos de uno en pocos instantes, ideas y más ideas, y se fusionan en una inmensa perfección de una forma tal que a uno mismo le impresiona, y al terminar se muestra uno a si mismo estupefacto por la obra que aparece ante nuestros ojos y que sólo pequeñamente retocamos al final, no porque no sea perfecta, sino porque a veces en la carrera en que se logra, ni la escritura alcanza a veces al pensamiento, y, hasta las manos son lentas para seguir el cúmulo de ideas que luchan por ser plasmadas en el papel.

Como anteriormente mencioné, Mozart hace uso de la clave de Re menor que generalmente es asociada con ideas de venganza o terror, es motivo para pensar directamente entre el vínculo que lo unirá dos años después con la clave usada en "Don Giovanni", La partes del fortte del movimiento inicial, cuando se oye el tutti en toda su fuerza, hace una reseña de la muerte del Comendador en Don Giovanni, al inicio de la ópera y las persistentes síncopas tan característico del concierto son oídas en la cadencia que marca el descenso de "Don Giovanni" en el averno. La analogía podría nos ser tan cercana pero no hay duda que el agorero carácter y la intensidad de la obscuridad del KV466 imponen nuevas condiciones a la forma del concierto.

El tercer movimiento rondó, del KV466, es marcadamente asociado al primer movimiento, y sus principales temas son compartidos en características de textura, tal como el uso de terceras en paralelo, con los temas del Allegro en el comienzo.

Opiniones: Saint-Fox: "De un inicio grandioso o noble, solemne o trágico, nace todo un mundo de sensaciones, el flujo y reflujo de una misma fuerza a manos de un maestro cuya inspiración no conoce realmente ningún límite, en la más variada expresión de todos los sentimientos del alma humana".

Parouty: "Que esta obra abre nuevas perspectivas en la evolución estética del compositor es algo que no se puede negar: la elección de una tonalidad altamente dramática y el sentimiento de la grandeza trágica, que se apodera del oyente desde los primeros compases, bastan para probarlo."

Curiosidades: L.van Beethoven, tenía como preferido a este concierto. En una célebre ejecución el 31 de mayo de 1791, en la velada organizada por la viuda de Mozart en el Hofburgteather, durante la cual Beethoven lo ejecutó en un intermedio de la Clemenza de Tito, eriqueciéndolo con dos cadencias compuestas por él mismo.

Leopold en una carta dirigida a su hija Nannerl, el 14 de febrero": La noche de mi llegada fuimos al primer concierto de suscripción de Wolfgang….Además de las sinfonías, una cantante del teatro italiano cantó dos arias y luego tuvo lugar un excelente concierto para piano, en el que estaba trabajando el copista cuando llegamos; imagínate que tu hermano ni siquiera tuvo tiempo para ensayar el rondó, pues debía revisar las copias."

Concierto para piano y orquesta en Re menor KV466 (cuerda, flauta, oboe, trompas, fagotes, trompetas y tímpanos).


Toquemos ahora pues el segundo concierto de la triada más significativa de Mozart, de 1785, el KV467, en Do mayor, el más famoso y mundialmente conocido de los conciertos, compuesto el 9 de marzo del mismo año, y destinado para la academia que se suscitaría el 12 del mismo.

Quiero señalar para mis lectores que nada tiene que ver este concierto con el nombre que le han colgado de "Elvira Madigan", que sólo es una película de la cuál sacó arrastrando este nombre, por ser usado en su producción, el concierto que aquí trato.

Como el mismo Leopold consideraba, este concierto posee una de las estructuras sinfónicas y pianísticas, más complejas y cómo una opinión en particular de mi ejecución de un arreglo propio del segundo movimiento, que es una pieza tan marcada desde mi punto de vista de una evocación operística, para mí en particular me evoca el aria de la condesa de Almaviva en las "Bodas de fígaro", lleno de melancolía que me muestra un diálogo entre dos personajes, uno de los cuáles pide ayuda a otro en su tristeza, y al último se siente una especie de pequeña esperanza, sumada a una resignación, con la partida del personaje que esta en estado melancólico.

Describiendo este concierto, el tema con que se abre el primer movimiento es deliberadamente accidentado, ya que este representa únicamente una parte de la textura contrapuntísitica, de la resultante continuación del tutti. Estas enarmónicas figuras en triadas del inicio en la tónica de la dominante son encargadas a las cuerdas,"piano", con una frase totalmente armónica que es entrelazada con los alientos, con sus contrastantes colores tonales. El objetivo básico es la "opera buffa". Siguiendo la segunda de estas interpolaciones, todo el tutti entra en "forte", combinando una mezcla de las partes del motivo de las triadas en la parte baja de las cuerdas con una nueva melodía a contrapunto en los alientos y los violines, reforzado por los cornos y las trompetas. Los movimientos iniciales de esta pieza nos exponen tres distintas cualidades de sonoridad, las cuales son consistentemente manejadas y con trascendentes implicaciones en el resto del trabajo.

Cerca del fin del ritornello entrante, por ejemplo, la aternancia de los alientos y la sonoridad de las cuerdas retorna inolvidable, como escalas cromáticas ascendentes en la flauta, soportada armónicamente por los oboes y los fagotes, y que son respondidas por el fraseo de las diatónicas descendentes de las cuerdas.

El fraseo de los alientos, en particular, es tan colorido y distintivo que este persiste en la memoria, y los oyentes notan con agrado este regreso en el cierre del tutti, la exposición del solo y el fin del movimiento.

Es totalmente significativo, sin embargo, que tan profundo llega, y esto es mas claramente mostrado en el clímax de la sección en desarrollo, la cual es generada por un largo, y rítmicamente aumentada versión de la configuración cromática ascendente en la flauta, ahora expandida en medias notas en lugar de cuartos de ellas. Las melodías ascendiendo a la alta Mi bemol, y una corta cadenza de piano, ante un exquisito, paso a paso y delicado descenso de las melodías a la recapitulación. Ahí, como en cualquier otro lugar en Mozart, un meticuloso detalle en la textura orquestal, asume un más amplio significado en el trabajo como un todo.

La figura en triadas del primer movimiento al estilo de marcha, no solo es confinada al primer movimiento, y provee a los registro bajos a través de l extraordinario movimiento lento, en el Andante en Fa mayor de un reflexivo, y ensoñado carácter.

La inmensa expresión lírica de este Andante es en el sentido operísitco. Una calidad elevada es creada a través de las irregularidades del fraseo, un imaginativo tratamiento del registro con amplios ciclos melódicos, y remarcadas sutilezas en la orquestación.

Uno de los métodos favoritos de Mozart para sostener largas notas, es por ejemplo, el transferir ellas de las cuerdas al piano a los alientos, de tal manera que le timbre de los prolongados tonos es transformada como una revelación en la música. Este movimiento suspende los principios de la alternancia entre el tutti y el solo mientras crea texturas y sonoridades que la música nunca había conocido antes.

Él rondó del final transforma las cuerdas, los alientos y las alternancias con el piano del primer movimiento en un una atmósfera vívida y llena de alta espiritualidad y comedia.

La entrada del segundo solo abre con una ascendente figura de triadas marcada por graciosas notas, y resuelve por medio de eso a la tonalidad mayor con el ademán correspondiente en el piano en la menor, desde el comienzo del segundo grupo del motivo del primer movimiento, forjando otra unión entre los movimientos del concierto. Siguiendo la cadenza, una final exposición del tema del rondo nos brinda un vivo movimiento al cierre con ecos, entre las cuerdas y los alientos en turnos, de la cadencia desde el tema oído sobre las escalas ascendentes del solista.

Opiniones: Sobre los conciertos de piano en general, comenta Greither: "En los años siguientes Mozart se alejó cada vez más de los ‘oídos largos’ y escondió lo mejor que tenía que decir en las relaciones, extremadamente refinadas, entre instrumento solista y orquesta. Esta evolución, y el consiguiente menor efecto que sus conciertos ejercían sobre el público, se puede apreciar fácilmente en las distintas etapas de su producción."

Hutchings: "de los conciertos de Mozart en Do mayor, éste es el más uniforme y completo …Figura también entre las obras más gozosas, y encontramos una ternura especial en la atmósfera onírica de su andante."

Curiosidades: Veamos dos fragmentos de cartas de Leopold dirigidas a la hermana de Mozart, durante la época de los seis conciertos que tuvo Mozart en los meses de febrero y marzo de 1785.

" Tu hermano ha cobrado ya 559 florines, mucho más de lo que podíamos imaginar, dado que tiene otra suscripción para seis conciertos en la Mehlgrube, con 150 abonados, cada uno de los cuales paga una ‘soberana’. Además, ha actuado muchísimas veces en el teatro, y también de gira, por pura cortesía. A veces deseo vivamente que terminen de una vez todas esas academias….No puedo describirte la cantidad de engorros e inquietudes que esto acarrea. Desde que estoy aquí, el fortepiano de cola de tu hermano ha sido transportado ya al menos una docena de veces de su casa al teatro y viceversa."

He aquí el otro fragmento de la carta del 14 de enero a Nannerl, de parte de Leopold:

" A decir verdad, el nuevo concierto en Do mayor es terriblemente difícil. No creo que haya errores, pues el copista lo ha seguido a rajatabla. Pero algunos pasajes no son armónicos hasta que no se oyen todos los instrumentos tocados a la vez.".

Concierto para piano y orquesta en Do mayor KV467 (cuerda, flauta, oboes, trompas, fagotes, trompetas y tímpanos).


De todos los conciertos de Mozart , el KV482 nos muestra quizás el más grande lujo de colorido tonal , con sus favoritos clarinetes dándole una especial prominencia a todo el conjunto.

Al igual que anteriores trabajos en En Mi bemol, el primer movimiento comienza con una majestuosa y directa asencion en la triada tonal, seguida por un tranquila frase de respuesta , la cual es entregada primero a los oboes y cornos y luego en un solo de clarinetes, con los violines que proveen un soporte en el bajo.

El centro de gravedad del concierto es el movimiento lento , una serie de variaciones con episodios sobre una melancólica tonada en Do menor.La música llega a su climax al fin de la tercera variación , donde una intensa y apasionada cromática nos deja en una cadencia en Do menor , y despues en puntilladas y sincopadas inflexiones en los oboes y clarinetes nos marcan el comienzo del final.

Curiosamente enmarcado entre páginas vocales , el KV 482 cierra "regiamente " 1785, el año que se había iniciado con los gloriosos hermanos KV 466 y KV467.

Esta considerado un ejemplo sublime de esta riqueza sonora esa incrustación de "lento en miniatura" constituida por un andantino afectuosamente encerrado en medio del joven rondó.

Este concierto fué ofrecido a los vieneses , con el propio Mozart al piano , en una academia de finales de año, y repetido en los conciertos cuaresmales de 1786.

Opiniones: Blume : " tiene un calor aterciopelado y una belleza sensual y lánguida , hasta la fecha desconocidos ".

Curiosidades: En enero de 1786 Leopold habla de este concierto en una carta dirigida a Nannerl:" Tu hermano me cuenta que dió tres conciertos de suscripción, con la participación de 120 personas , y que para tal ocasión compuso un nuevo concierto para piano, en Mi bemol, cuyo andante tuvo que bisar , dado el éxito cosechado."

Concierto para piano y orquesta en mMi bemol mayor KV 482 (cuerda , flauta, clarinetes, trompas, fagotes, trompetas y tímpanos)


El concierto KV488, en La Mayor uno de los últimos capítulos de la saga Vienesa de los conciertos para piano, el 2 de Marzo de 1786, ala edad de 30 años, Compuesto en una tonalidad que en particular tiene una sensación luminosa y velada al mismo tiempo, que Einstein asocia con " la transparencia de una vidriera coloreada".

Este concierto representa una de las páginas más límpidas y cristalinas de la producción pianística de todos los tiempos.

Su perfección (lograda, por lo demás, mediante grandes esfuerzos, como se desprende de las numerosas tentativas por abandonarlo) aparece en cada frase de la pieza, pero llega a su cenit en el adagio, considerado como el alma del mismo: una afligida "siciliana" confiada a otra tonalidad (Fa sostenido menor), donde el sentimiento de dolor se transfigura y comunica con la más absoluta elegancia formal.

El mensaje que Mozart nos confía en un irrenunciable mensaje expresivo - incluso en el final, exuberante pero agitado por las modulaciones oscilantes entre mayor y menor, no podían gana el favor del oyente vienés, que se conforman con las composiciones más tranquilizadoras como el caso de Kozeluch, en los que encontraba una emotividad casera que Mozart no estaba ya en condiciones de ofrecer.

Mozart trabaja en esta radiante clave, que puede tornarse en trágicas sombras y trágicos abismos. El movimiento intermedio y su La tonalidad Fa sostenido mayor, es la única vez que Mozart ha empleado esta tonalidad como tónica para un movimiento completo. La latente riqueza en polifonía del tema, los intervalos y armónica tarea con otros motivos, y el exquisito control del registro por Mozart y la orquestación contribuyendo al diálogo.

Dadas estas circunstancias no es raro que la academia del 7 de abril haya resultada simbólica, en donde Mozart presenta los dos conciertos, KV488 y el KV491, y que marca su última aparición como concertista en él escenario del Burgtheater de Viena.

Opiniones: Blume "Mozart renuncia a la fascinación pura de la sonoridad orquestal, y el tono de La mayor, combinado con la orquestación del KV482, sin trompetas ni tímpanos, es utilizado ahora para ofrecer el más poético y el más exquisito de todos los conciertos escritos hasta la fecha."

Hyatt King nos expresa: "La larga introducción orquestal al primer movimiento ...es sin duda la más larga y amable melodía jamás ideada por Mozart."

Mila : "¿Cómo olvidar el concierto KV488 de Mozart ..La patética y desnuda belleza del andante, sencillo pero muy expresivo, con sombríos y sollozados arpegios, que hacen pensar en Chopin?"

Curiosidades: En esta bella carta de Mozart dirigida a su padre acerca del KV488: "El primer concierto ha ido muy bien. La sala está a rebosar, y el nuevo concierto que he ejecutado ha gustado muchísimo. Por doquier se oye elogiar esta academia. Mañana iba a haber tenido mi primer concierto en el teatro, pero el príncipe Luis Lichtenstein organiza veladas musicales en su casa, y esto no sólo me hurta a la flor y nata de la nobleza, sino que perturba también los mejores elementos de la orquesta. Por eso he aplazado mi concierto a primeros de abril, con el debido estampado. Ahora debo despedirme, pues tengo una reunión musical en casa del conde Zichy."

Concierto para piano y orquesta en La mayor KV488 (cuerda, flauta,clarinetes, trompasy fagotes ).


Como fragmentos que se incluyen junto al concierto KV488 en el catálogo, enumero:

KV488a Andante en Re mayor para piano orquesta.

KV488b Rondó en La mayor para piano y orquesta.

KV488c Rondó en La mayor para piano y orquesta.

KV488d Rondó en La mayor para piano y orquesta.


Como el más alejado de los conciertos de los orígenes de la sociedad "galant", esta el concierto KV491 En Do menor, escrito posteriormente al KV488 el 24 de Marzo de 1796.

Con este concierto Mozart hace uso de la más grande orquesta usada con alguno de los conciertos, tal que este retiene los oboes con los clarinetes y emplea trompetas y percusiones también. Aparte de las trompetas, tímpanos también son usados, como en el concierto en Re menor, en la disfrazada pero ominosa manera de la música en Re menor de "Don Giovanni", y existen otros paralelismos también con esta ópera, las cuáles hacen referencia desde el otoño de 1787, un año y medio después del concierto.

El tema que es el ángulo principal del primer movimiento del KV491, esta en la métrica de ¾ y emplea una sucesión de tonalidades disonantes ambiguas en forma de acordes de séptimas disminuidas, las cuáles son posteriormente combinadas con una cromática descendente, en la forma de un bajo tipo chacona.

El tema inicial del solo, dicho de otra manera, es un recitativo en tiempo, una transformación dolorosa de la mutua refriega de las disonancias del ritornello.

En las óperas de Mozart, el Do menor tiende a ser relacionado con la desesperación, y que este efecto parece influenciar el carácter y el diseño de la narrativa del gran primer movimiento. Aunque el tema cromático domina la longitud orquestal del ritornello, la exposición del solo permanece percutiendo lejanamente de una forma indiferente a este, y estos temas en Mi bemol mayor no son todos preparados en el ritornello. Esta relativa disosiación en los materiales de la orquesta en Do menor y los temas asociados al solo en la relativa mayor, es explotado por Mozart para dar un efecto dramático en las últimas secciones del concierto.

Otra característica especial es la continua presencia de la coda siguiendo a la cadenza, del solista de piano, una idea que Beethoven tomó prestada para su propio concierto en esta clave.

El movimiento lento en Mi bemol mayor es a la manera de la romanza del concierto en Re menor, pero adolece de la extensiva pero contrastante sección intermedia en menor. En él la primera intervención de los alientos, ahora modula a Do menor, y deja ecos sutiles en las tensiones de los movimientos externos.

El final es un conjunto de variaciones sobre un tema anunciado por la orquesta y obviamente unido al primer movimiento. A diferencia del concierto en Re menor, el final permanece en menor hasta el fin, y su coda se enfrenta una y otra vez en su propia versión de las relaciones de los semitonos disonantes, que otra vez es usado en el Allegro de la entrada.

Este concierto fue presentado al público vienés durante la academia del 3 de abril y repetido en el Burgtheather el 7 de abril según la tradición, fue esta l última aparición como solista de Mozart en el famoso teatro vienés.

Opiniones: Beethoven, al parecer hizo un comentario de este concierto a J.B Cramer, "Nunca nadie antes ha hecho alguna cosa como esta."

Sobre el KV466 y el KV491, comenta Casella: "Representan en la historia pianística los primeros y perfectos modelos de concierto moderno con solista: el primero por su noble elocuencia de ‘personaje’ dramático y el segundo por su pleno y rico sinfonismo, al que la presencia del solista no consigue poner límites."

Dal Fabbro: "Que este concierto gozara de la aprobación y alabanza de Beethoven está justificado desde las primeras páginas orquestales, que afirman un carácter sinfónico y dramático aún más acentuado por la intervención solista del piano."

Curiosidades: Por lo que se refiere a la historia y "fortuna" del KV491, nótese que éste fue el único de los conciertos Mozartianos escogido por Franz Liszt y Johannes Brahms.

Concierto para piano y orquesta en Do menor KV491 (cuerda, flauta, oboe, trompas, fagotes, trompetas y tímpanos).


Junto a este concierto se ha incluido en la última revisión del catálogo, este fragmento compuesto en Marzo de 1786.

KV491a. Rondó en mi bemol mayor para piano y orquesta.


El concierto KV503, data del otoño de 1786, como una luminosa contraparte del KV491, y representa él ultimo de la gran serie de 12 grandes trabajos para piano de Mozart.

El movimiento de apertura es uno de las más grandes concepciones sinfónicas, que invita a su comparación con las sinfonías "Praga" y la "Júpiter". Ninguno de los previos conciertos explota en tan gran cantidad de sonido tan efectivamente. , Y el tiempo de métrica de este "Allegro Maestoso" es de hecho más amplio que en la "Júpiter". A diferencia que en conciertos anteriores donde " el lenguaje de la opera buffa es una primicia," como Dennis Matthews ha notado, y el KV503 es un "concerto serio".

Estas importantes características incluyen una figura de compás unificador similar al motivo denominado "del destino" de la Quinta sinfonía de Beethoven, y un prominente uso de la contrastante modalidad –la yuxtaposición de la mayor y menor. Beethoven fue probablemente inspirado por este movimiento para usar la figura del compás en el comienzo del desarrollo de su concierto para piano en Sol mayor, dado que el mismo motivo rítmico aparece muy profusamente en el mismo punto del KV503, y que siempre sirve como una función transicional en el cambio de clave. El desarrollo resultante es altamente e impresionantemente contrapuntístico. , Dejado a un canon cuádruple de no menos de ocho partes, dos en las cuerdas, cuatro en los alientos y dos al piano.

Donald Francis Tovey observa que " semejante polifonía no ha ocurrido en algún concierto, excepto en un pasaje intermedio del final del Re Menor de Brahms."

El Andante en Fa mayor nos muestra una dignidad enorme, en acuerdo con el carácter del trabajo completo, y a diferencia de la mayoría de los movimientos lentos, este esta en forma de sonata, con una breve pero marcada retransición en lugar de un desarrollo. El rondó final en forma de sonata, también es serio en su carácter, y Mozart ha adaptado el tema principal de la gavota en la música para ballet de "Idomeneo", de 1781.Como el primer movimiento, este se mueve en un efectivo contraste de la mayor y menor, y en este memorable y apasionado desarrollo, contiene felizmente muchas partes para los alientos en su diálogo con el piano.

Se tienen noticias que Mozart interpretó el KV503, el 7 de marzo de 1787, cuando el número de suscriptores se había reducido a la sola presencia, cuasi simbólica, del viejo varón van Swieten. Este concierto fue publicado póstumamente en 1798 con el título "primer concierto del patrimonio del difunto, publicado a expensas de la viuda" y dedicado a Luis Fernando de Prusia.

Opiniones: Rattalino: "..El concierto KV503…nos parece el símbolo del fracaso de Mozart en su tentativa por ser un profesional libre en un país dominado por la clase aristocrática."

Carli Ballola y Parenti: " El Do mayor del KV503 se puede inventariar entre las músicas más sustancialmente interiorizadas y menos gestuales que compuso Mozart en dicha tonalidad…"

Curiosidades: La cadencia más singular perteneciente al KV503 (de mas de 10 páginas) fue presentada por Ferrucio Busoni en Berlín en 1918, durante un ciclo de conciertos Mozartianos

Concierto para piano y orquesta en Do mayor KV503 (cuerda, flauta, oboes, trompas, fagotes, trompetas y tímpanos).

 

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LOS ULTIMOS CONCIERTOS.

Para concluir esta sección veremos a continuación los dos últimos conciertos de Mozart, desligados ya en cierta manera del impulso inspirador que motivó la composición de los grandes y singulares ejemplares, motivados por el ánimo de compositor en sus academias, pero también por ese genio incansable que se desarrollaba en su cabeza y que lo llevo a crear obras con estilos que muy pocos vieneses lograron entender y disfrutar, porque la música nueva siempre tiene que salvar muros que son muy altos, y que hizo que las academias fuesen en declive, no olvidemos que hasta nuestros días lo "fácil y pegostioso", es lo que gusta a la gente, aunque como en mi sección de introducción dijese, al poco tiempo acabaran en el basurero de donde fueron extraídas.


Para el 24 de febrero de 1788, Mozart termina de escribir el concierto para piano KV537, apodado "El de la coronación" en Re mayor, este concierto enarbola esta etiqueta debido a su relación en su ejecución en los festivales de la coronación de Leopoldo II, en la ciudad de Frankfurt en Octubre de 1790.

Junto con el concierto en Re menor, él "Coronación" fue el mejor conocido de los conciertos durante el siglo IX y dentro del XX, pero no es un trabajo tan fino como alguno de los conciertos de los años precedentes, y el solo de piano no ha sobrevivido en su total y auténtica versión.

Mozart dejo el la parte del solo en un curioso estado de bosquejo, especialmente en el segundo y tercer movimiento, (esto lo hizo con el fin de protegerse de los plagios, escribiendo la parte pianística completa sólo después de la ejecución, por lo que aún faltan algunos pasajes de la mano izquierda) y Johann Andree –quién fue el primero en publicar el trabajo en partes en 1794-evidentemente preparó la versión del texto a la mayoría de los pianistas, para que lo aceptaran sin hacer preguntas.

Compuesto durante las épocas del carnaval de 1788 y animado por la ronda de danzas alemanas, contradanzas y minués para los bailes vieneses, y pensado para una academia que debía celebrarse al mismo tiempo que el estreno de Don Giovanni KV527; ya anteriormente el poco interés que el público mostró hacia la ópera y su bajón en su actividad concertística de Mozart, contribuyó a que se desvaneciera la esperanza en un concierto público.

Se puede apreciar que la obra fue escrita anteriormente para la soñada academia, y el concierto aún cuando Mozart no fue invitado a la celebración de la coronación, fue ejecutado posteriormente, a costa de sus expensas, y organizar una academia el 15 de octubre en la que presentó dos obras pianísticas "de gala". El KV537 y el KV459 (por algunos textos se cuenta que dicho concierto ya había sido presentado en la corte de Dresde el 14 de octubre de ese año.)

En la orquestación de este concierto, se ha usado un diseño formal en el protocolo entre el tutti y el solo, este concierto en Re mayor es para muchos críticos un trabajo regresivo, y estas concesiones a la "galant" que Mozart le dio fueron hechas por motivos de quizá haber escuchado música popular, y el lugar histórico que ocupa la pieza confirma este hecho en la estrategia de Mozart.

Einstein expresa "es muy mozartiano, mientras que al mismo tiempo no expresa en su totalidad ni la mitad de Mozart."

Aunque en algunos aspectos, tal como el brillante desarrollo del teclado en el Allegro de entrada, él "coronación" no pisa suelo nuevo. El "larghetto" posee un aire de elegancia, nobleza y sublime sencillez, mientras que el rondó final retorna al brillante carácter del primer movimiento.

Opiniones: Albert: " Se puede decir en general que este concierto, si bien retoma los contenidos expresivos de los anteriores, les imprime el sello de un nuevo período creador."

Curiosidades: Según un boceto del impresionista Ghéon sobre el viaje a Frankfurt de 1790" Mozart tuvo entonces un destello de energía; Decidió viajar por cuenta propia, junto con su cuñado Hofer, el violinista …Dejó en depósito la platería que entonces poseía y pidió prestados seiscientos florines. Llegó a Frankfurt en seis días, allí fue festejado por los musicófilos, pero no consiguió ganar nada; los habitantes de Frankfurt eran más ruines que los de Viena. Sólo pudo dar un concierto privado, en vísperas de su partida, en el que interpretó los dos Conciertos de la coronación y dos sinfonías; pero este concierto, "soberbio desde el punto de vista de los honores –escribe el propio Mozart -, tuvo escaso éxito desde el punto de vista de las ganancias".

Concierto para piano y orquesta en Re mayor KV537, "Krönungskonzert" (cuerda, flauta, oboes, trompas, fagotes, trompetas y tímpanos).


Llegamos así al último de los conciertos de piano, que será el KV595, en Si bemol mayor y que verá la luz el 5 de enero de 1791, ya a los 35 años de Mozart.

Este concierto terminado entre la marisma de minués, danzas y alemandas, que Mozart tenía por encargo para los bailes vieneses, al parecer no fue presentado al público, para uso del autor sino más bien fue un encargo de un pianista aficionado ( que es de suponerse por la escritura, relativamente sencilla y transparente.)

Al igual que la sinfonía en Sol Mayor, con una barra introductiva de acompañamiento. Una sensación de serenidad infantil con destellos de resignación emana de esta importante obra, la más introvertida de los conciertos en esta clave. Percutiendo alrededor del tema de abertura existen tres distintos fraseos de diferente longitud, y las intervenciones de los instrumentos de aliento colocan éstas tres fraseos aparte.

Otros motivos despliegan sombras cromáticas y disonancias, dejando una extraña y alejada aura de melancolía a la música. Esta armónica tensión e inestabilidad es quizá más evidente en el comienzo del cierre del tutti a la exposición del solo. Una fraseo rítmico en el total de la orquesta es respondida ahí por una melódica y graciosa cadencia en las cuerdas, por la repetición de figuras rítmicas en la menor que contradice el cierre de la cadencia. El fraseo rítmico ahora asciende cromáticamente, y es manejado en secuencia al iniciar un desarrollo con frecuentes cambios desorientativos en la clave, en la cual él las previas y estables intervenciones de los alientos desde el ritornello, se cambia a un agente de modulación.

Después de un bellísimo larghetto en Si bemol mayor, con una melodía principal en el estilo de romanza, en complicidad con el KV466, el concierto concluye con un rondó en la métrica de 6/8, que es la métrica favorita de Mozart para finales en esta clave, como anteriormente hemos visto.

La alegría de este movimiento es mas enrarecida que en los finales de los primeros conciertos en Si bemol, y los temas comparten una distintiva y rítmica trayectoria con el uso prominente de apoyaturas.

Fragmentos del primer tema son usados a través del rondó, el cual imparte una poco común unidad al conjunto, y los frecuentes cambios entre la mayor y la menor recuerda al primer movimiento. Elementos de la forma sonata son incorporados aquí en el rondó, con una incompleta escritura del solo del tema principal en la inusual clave subdominante en el centro del diseño. El fraseo del piano es contestado por los alientos en menor, dejando a la continuación del desarrollo con cambios en la clave, y este pasaje digitado substituye el regreso normal del estribillo en forma completa. El final de este último concierto nos despliega la ingeniosa experimentación tan característica del tratamiento de Mozart de la forma rondó a lo largo de su carrera.

Opiniones: Cadieu: "Es el concierto en el que, con una sencillez de lenguaje nunca antes alcanzada, sirviéndose de modulaciones tonales y alternando continuamente los modos mayor y menor, Mozart supera la tristeza como si esta fuera ya indescriptible y la acepta con dulzura y melancolía hasta lograr una especie de paz.."

Parouty: " Antes de las últimas obras maestras, él músico nos ofrece un milagro de ambigüedad, entre la sonrisa y las lágrimas, con una reencontrada serenidad, que puede tomarse como resignación."

Curiosidades: según un texto de Minardi acerca de este concierto "Mozart ejecutó, pues el concierto en Si bemol, pero no el ámbito de aquellas academias enteramente suyas, como había sucedido en el curso de sus primeros éxitos vieneses, sino como partícipe en un concierto organizado por el propietario de un restaurante, un tal Jahn, y en el que la parte del león se la ha llevado el clarinetista Bähr, compositor empleado en la corte del emperador de Rusia."

Fue la última vez, este 4 de marzo de 1791, que Mozart se presentó al público como solista."

Concierto para piano y orquesta en Si bemol mayor KV595 (cuerda, flauta, oboes, trompas, fagotes).

Por Wulfie:

Bueno aquí termina esta importante sección acerca de los conciertos de piano, hay que observar en el transcurso de la composición de ellos, cómo Mozart después de ajustarse al gusto de vida vienesa, va cambiando su manera de pensar, y componer y cómo siempre elabora nuevas ideas y experimenta en terrenos que nadie hasta ese momento había incursionado, creando obras que actualmente han sido la comidilla de múltiples discusiones entre los críticos de su música, pero que siempre guarda ahí escondidas en múltiples escondrijos armonías y sorpresas que parecen emerger y cobrar un nuevo sentido a sus conciertos, que fuera de la disimulada sencillez de su ejecución se enfrenta uno al teclado a la complejidad de su perfecta expresión y para aquel que ha tenido la dicha de ejecutar en acompañamiento de una orquesta, la magia de los sonidos que emergen de todas esas partes y pasajes y que no pueden expresarse en letras, eh ahí la magia de su música eterna y que oídos duros no supieron apreciar en un tiempo que quizá a diferencia de Beethoven gozó ya como artista independiente, más no el pionero del que Mozart fue un innovador y ocupa el primer peldaño, de todos la inmensa familia de concertistas que tambíen viven sí a expensas de su obra, en nuestros días.

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